
A pesar de su poder destructivo, el arpón falla con frecuencia y no mata a su víctima instantáneamente. Una ballena que es herida pero no matada, sufrirá muchísimo. Datos recientes muestran que, en la caza comercial y científica, el tiempo estimado de muerte es de dos minutos, con algunos casos en que se tarda hasta una hora. Sin embargo, estos datos podrían subestimar el tiempo real de la muerte.
Los criterios usados por la IWC para evaluar la muerte o insensibilidad al dolor son: relajamiento de la mandíbula inferior; o la falta de movimiento de la aleta; o el hundimiento sin movimiento activo. Usando estos criterios, Noruega reportó que 80.7% de las ballenas minke murieron instantáneamente durante la caza del 2002. La pesca japonesa en el Antártico durante el período 2002/2003 reportó un 40.2% de muertes instantáneas. Una revisión científica y veterinaria reciente demostró que esos criterios eran inadecuados.
Si el primer arpón no mata a la ballena, se utiliza un segundo arpón con pentrita o un rifle como segundo método en la ballena ya herida. Sin embargo, los datos disponibles indican que los rifles son inadecuados para este propósito, ya que se requiere de muchos disparos para matar al animal. El uso común de métodos secundarios demuestra la ineficacia de las prácticas actuales.
Para crear conciencia :
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